Desde el escondrijo izquierdo de la habitación.
Por uno de los discos favoritos de mi vida, la melodía desgarradora con la
que me acuesto a conversar con mis demonios, me envuelvo en posición fetal, nuevamente.
Y si pudiera dar las gracias... ¿Acaso no es suficiente?
...Cuando a la noche no le queda otro peldaño por rodar,
saludo a la madre de todos los muertos...-
No hay comentarios:
Publicar un comentario