Hay una cosa clara,
estamos cansados de los porotos con riendas.
Hoy tenemos la grandiosa oportunidad
de ir a un restorán,
hoy ellos invitan
incluyendo aperitivos, bajativos, y postres
Hoy no pagamos ni uno.
El mozo se nos acerca
leemos ansiosos la carta
y cuando nos pregunta
"¿Qué se va a servirse?"
Respondemos embobados, seguros
más huevones que nunca:
"Porotos con rienda, por favor"
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