Me estremece escuchar las guitarras eléctricas
el teclado metálico
tambores, batería
y la voz de tenor
de este chacal satánico
que trae sus registros vocales a destajo
y hace volar sus flores a porfía;
pero, cuando él se calla
una catedral luminosa
se levanta en la noche
y en el silencio sepulcral
sus ecos
siguen en el espacio, como estrellas
alimentando nuestra idolatría.
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