Decreto.-

Aquí te escribo un poema electrónico,
discurso emocional, pero lleno de técnicas de velocidad
y de mentiras,
con el recurso de la amenaza de muerte
que es el recurso esencial,
con que se rigen las torturas,
y que a mí me llegan,
por lo que presencié y sufrí,
en mi tiempo,
y que, acaso a ti,
no te dolieran tanto,
como a mí me lastimaron otrora

Capturé lo que estuvo en la boca de todos
espectadora y víctima
de una época atroz,
cuando rompimos
el cordón umbilical con la historia
Protagonista al aire libre
y a escondidas,
viví el delirio y el horror,
la odiosidad
que penetró los huesos.

Me vi envuelta en la falsedad,
en la devastación del espíritu,
en la comercialización de la palabra
que nos legó vituperio,
locura y fanatismo,
aditamentos de la idolatría

Así salió este clamor de ritmo peligroso,
de huidas y de urgencias,
de estar casi al borde
de la muerte
y escapar, casi de milagro,
hacia la vida

Hágase la luz
y la luz se hizo.

Y de pronto, yo fui oído.
hubo una decisión histórica.
Así lo decreto.