Baila en mi conjuro, escala hasta mi vestido generoso
regresa a mis sombras de fuego, a mi brote impaciente y dedos nacarados.
Invoco a tu suavidad y el temblor de mis piernas arremete.
Cuelga de mis hombros, que esta niña reposa en tu último deseo.
Compláceme
Complácete.
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